Al finalizar el proyecto se logró constituir, donde no existía, y fortalecer, donde existía, un grupo base de mujeres tejedoras que impulsan o son líderes de la dinámica en sus comunidades. Se trata de núcleos fuertes de aproximadamente 10 mujeres en cada localidad, que tienen incidencia directa en sus comunidades, al menos, sobre 30 mujeres más. Los núcleos de mujeres indígenas (quillacingas, ingas - kamentsá, pastos y misak) están constituidos, así como lo están las campesinas de Samaniego. Las mujeres afro del Norte del Cauca, con una situación de seguridad muy difícil, lograron participar en los Encuentros.
Así mismo, cada núcleo de mujeres que se constituye en sede de los Encuentros (E1 y E2), se vuelve líder y anfitrión del proceso. Esto ocurre, porque, como ya sucedió en Guambía (resguardo central del pueblo Misak donde se realizó el E1) y en Sibundoy (donde viven los pueblos Inga y Kemntsá donde se realizó el E2),
son ellas quienes organizan y preparan todo para recibir a sus compañeras de los demás pueblos y comunidades, con la ayuda de los recursos aportados por la Generalitat, Entreiguales y su contraparte local, la Fundación Trenza.